MUJERARTE
“La Bicicleta verde”: La lucha de las niñas por decidir el rumbo de sus vidas.
Tanto que lloramos…
Acordamos iniciar esta reflexión con la frase anterior porque “La
bicicleta verde” es una película que no sacó lágrimas por muchas razones, las
cuales queremos compartir con ustedes y que quienes ya la vieron también puedan
compartir sus opiniones y quienes no la han visto que la puedan conseguir.
Wadjda es una niña de 10 años, vive con su madre en la capital de
Arabia Saudita. Algunas tardes puede ver a su padre, quien llega
esporádicamente a su casa. Su madre se muestra preocupada e invierte su energía
en agradar al esposo pues es muy probable que se case con otra mujer, aspecto
cotidiano en esa sociedad.
Wadjda tiene un amigo, Abdullah. Tras una situación de desventaja para
Wadjda, quien no tiene bicicleta y no puede ir a la misma velocidad que su
amigo, pactan una reta.
Para la reta Wadjda tiene que conseguir una bici. En Arabia Saudita no
es bien visto que una
niña ande en bicicleta, entre otras cosas porque pueden
perder su “virtud”. Entonces, conseguir una bici se vuelve una hazaña.
En el colegio de Wadjda se presenta la oportunidad de obtener el
dinero necesario para comprar la bicicleta, pero haciendo algo que a ella nunca
se la ha facilitado, recitar el Corán.
Wadjda va poniendo en marcha una serie de estrategias para poder
conseguir una bicicleta. Al final vemos que conseguirla se vuelve una lucha
contra la desigualdad, no sólo desde esa niña sino de las mujeres por el
reconocimiento de su persona en el mundo, de su deseo porque sus nombres estén
en la historia…
La película retrata una serie de desigualdades para las mujeres y las
niñas, tales como los casamientos forzados de niñas, la exclusión y castigo por
elegir a quien amar, el acoso sexual en la calle, la justificación de la
violencia y el prejuicio de que las mujeres son responsables de la violencia
que se ejerce contra ellas, la misoginia expresada también por las mujeres, la
represión en las escuelas, la lesbofobia, el control sobre el dinero de las mujeres,
su cuerpo y sus vidas…
Las risas en la sala resultan insoportables, saber que son producto de
la naturalización de la violencia indigna. Pareciera que por ser otro país son
extremos que no nos tocan a las mujeres de México pero las vivencias son muy parecidas, el problema es
estructural.
Cada que una de estas desigualdades se ejercían sobre Wadjda,
pensábamos lo peor, como una especie de predisposición al desastre, llorábamos.
Pero Wadjda nos mostraba sus alternativas, su lucha y su felicidad por lograr lo que se proponía. Entonces
también llorábamos pero de felicidad, de esperanza también vimos la forma en
que Abdullah expresa su amor con Wadjda, la decisión y sororidad de la madre de
Wadja, las personas que rompían con las barreras de los estereotipos de género
y el horizonte disponible para Waddja.
No queremos contarles más detalles pues
queremos que la vean. Lo que si podemos decir es que es un intento por mostrar
no sólo la violencia contra las mujeres, como lo han hecho otros filmes sino
por mostrar que las mujeres tenemos formas de resistencia al patriarcado, que
luchamos, que nos hermanamos, que cada una ha roto con una desigualdad. Por muy
insignificante que esta pueda parecer es un paso hacia el pleno ejercicio de
nuestros derechos humanos, hacia nuestra felicidad.